De la obsolescencia al futuro: cómo evolucionar de un modelo bancario tradicional a una empresa digital

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Por Staff

En el mundo financiero, la distancia entre un modelo tradicional y una empresa digital no se mide en años, sino en capacidad de adaptación. Durante décadas, las instituciones bancarias funcionaron con arquitecturas monolíticas, canales físicos predominantes y procesos manuales. Eran confiables… pero costosos y lentos. Hoy, en un mercado que exige inmediatez y personalización, esos esquemas ya no son sostenibles: se han convertido en una desventaja competitiva.

La transformación digital no es solo un cambio tecnológico: es repensar cómo se crean, entregan y mejoran los servicios financieros. Hace apenas unos años, abrir una cuenta implicaba ir varias veces a la sucursal, entregar documentos físicos y esperar días para recibir una tarjeta. Hoy, el onboarding digital permite activar una cuenta en minutos, desde un celular.

Según McKinsey, los bancos que han digitalizado por completo la apertura de cuentas han reducido sus costos de adquisición hasta en un 70% y han triplicado la retención de clientes en el primer año.

Los retos de seguir operando en el pasado
Quienes aún dependen de sistemas heredados enfrentan barreras como:

  • Obsolescencia tecnológica, que impide integrar nuevas funciones o adaptarse rápido a cambios regulatorios.
  • Procesos manuales lentos y propensos a errores.
  • Desalineación entre negocio y TI, lo que dificulta convertir las necesidades del cliente en soluciones efectivas.

Claves para acelerar la transición
Superar estos retos implica:

  • Pasar de un modelo centrado en el producto a uno enfocado en el cliente.
  • Ofrecer experiencias consistentes en todos los canales.
  • Incorporar analítica avanzada, automatización, seguridad e inteligencia artificial para decisiones más rápidas y acertadas.

En la práctica, esto significa repensar la arquitectura tecnológica:

  • Microservicios que sustituyen aplicaciones monolíticas, permitiendo actualizaciones ágiles.
  • Arquitecturas híbridas y nube, que ofrecen escalabilidad, resiliencia y cumplimiento normativo, reduciendo tiempos de lanzamiento hasta en un 50% (Accenture).

La tecnología sola… no basta
La gestión del cambio y la capacitación del personal son críticas. Sin liderazgo y acompañamiento, la resistencia interna puede frenar cualquier avance. Por eso, contar con un socio estratégico es decisivo. Un integrador con visión de negocio y dominio tecnológico —como Sellcom Solutions— puede coordinar infraestructura, software, metodologías y gestión de proyectos bajo un enfoque de frente único, reduciendo riesgos y acelerando la adopción.

En resumen: pasar de la obsolescencia al futuro no es un salto al vacío, sino una secuencia de decisiones estratégicas bien ejecutadas. Las instituciones que transformen su modelo operativo con agilidad, control y foco en el cliente no solo sobrevivirán: liderarán el nuevo ecosistema financiero.

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